martes, 23 de noviembre de 2010

Mito de Orfeo y Eurídice

estaba desposado con la , de la que estaba profundamente enamorado.
Un día que ella estaba paseando por la orilla de un río, se encontró con el pastor Aristeo. Cautivado por su belleza, Aristeo se enamoró de ella y la persiguió por el campo.
Eurídice trató de escapar, pero mientras corría tropezó con una serpiente, que la mordió con su letal veneno. Abatido por su pérdida, decidió viajar a los infiernos (de los que ningún mortal habría retornado jamás), para lograr que le fuera devuelta su esposa.
A Perséfone (Proserpina), reina del mundo subterráneo, le conmovió tanto su pena, que accedió a su petición a cambio de que no mirarse a Eurídice en el camino de vuelta a la luz. Pero a medida que se acercba el final de su viaje, Orfeo, no pudo evitar mirar hacia atrás para comprobar que su amada seguía junto a él. Al mirar se desvaneció ante su ojos y la perdió para siempre. Orfeo nunca se recuperó y vivió con ese sufrimiento el resto de sus días. 

Mito de Hero y Leandro

Hero y Leandro son dos jóvenes griegos enamorados cuyos padres no les dejan verse, igual que sucedía en el mito de Píramo y Tisbe. Hero era una hermosa sacerdotisa de Afrodita, y conoció a Leandro cuando éste fue a llevar unas ofrendas al recinto sagrado. Poco después, reconocieron su mutuo amor.
Como sus padres se oponían rotundamente a la relación, decidieron verse en secreto. Cada noche, la doncella colocaba una linterna en la ventana de su habitación. Esto avisaba a Leandro de que ella se encontraba en la orilla opuesta al estrecho que separaba sus casas, que no había ningún peligro de que fueran vistos, y además le servía de guía para no perderse. Todos los días, al ver la luz, el mancebo cruzaba el mar a nado y se veía unas horas con su amada.

Mito de Píramo y Tisbe

Píramo y Tisbe eran dos jóvenes babilonios durante el reinado de Semíramis. Habitaban en viviendas vecinas y se amaban a pesar de la prohibición de sus padres. Se comunicaban con miradas y signos hasta descubrir una grieta en el muro que separaba las casas. Así pudieron hablarse, enamorarse y desearse cada vez más intensamente, hasta una noche que decidieron encontarse junto al monumento de Nino, al amparo de un moral que allí había, al lado de una fuente. 
Tisbe llegó primero, pero una leona que regresó de una cacería a beber de la fuente la atemorizó y huyó, cayéndosele el velo. La leona jugueteó con el velo, manchándolo de sangre. Al llegar, Píramo descubrió las huellas y el velo manchado de sangre, y creyó que el animal había matado a Tisbe, por lo que se suicidó clavándose su propio puñal.
Tisbe, con miedo, salió cautelosamente de su escondite. Cuando llegó al lugar vio que las moras habían cambiado de color y dudó de si era o no el sitio convenido. Vio a su novio agonizante, lo abrazó y, a su vez, se suicidó...

Las nanas de la cebolla

La cebolla es escarcha cerrada y pobre.
Escarcha de tus díasy de mis noches.Hambre y cebolla,hielo negro y escarcha grande y redonda.
En la cuna del hambre mi niño estaba.
Con sangre de cebollase amamantaba.
Pero tu sangre,escarchada de azúcar,cebolla y hambre.Una mujer morena resuelta en luna se derrama hilo a hilo sobre la cuna.
Ríete, niño,que te traigo la luna cuando es preciso.
Alondra de mi casa,ríete mucho.Es tu risa en tus ojos la luz del mundo.Ríete tanto que mi alma al oírte bata el espacio.Tu risa me hace libre,me pone alas.
Soledades me quita,cárcel me arranca.Boca que vuela,corazón que en tus labios relampaguea.Es tu risa la espadamás victoriosa,vencedor de las floresy las alondrasRival del sol.Porvenir de mis huesos y de mi amor.La carne aleteante,súbito el párpado,el vivir como nunca coloreado.¡Cuánto jilguerose remonta, aletea,desde tu cuerpo!.Desperté de ser niño:nunca despiertes.
Triste llevo la boca:ríete siempre.Siempre en la cuna,defendiendo la risa pluma por pluma.Ser de vuelo tan lato,tan extendido,que tu carne es el cielorecién nacido.¡Si yo pudieraremontarme al origende tu carrera!.Al octavo mes ríescon cinco azahares.Con cinco diminutas ferocidades.Con cinco dientes como cinco jazmines adolescentes.Frontera de los besos serán mañana,cuando en la dentadurasientas un arma.Sientas un fuegocorrer dientes abajo buscando el centro..Vuela niño en la doble luna del pecho:él, triste de cebolla,tú, satisfecho.No te derrumbes.No sepas lo que pasa nilo que ocurre.